martes, 29 de mayo de 2007

El muertito


“O sorpresa” apareció el Alcalde de Lima en una entrevista radial, para anunciar se abocará a preparar el expediente técnico y el proceso de licitación para que en un año aproximadamente, iniciar las obras del esperado Mercado de Santa Anita. O sea que después de 4 años de invasión, de todo el proceso que ha significado el desalojo de los invasores, el Municipio de Lima recién se pondrá a trabajar en el proyecto, lo cual contrasta con la combativa, muy arrojada, pero muy discreta participación del Alcalde en el rescate de la legalidad que ha significado este proceso. En este tema y en los otros. El Alcalde de Lima muestra una esmerada preocupación por no involucrarse, por no arriesgar su apreciada imagen política en problemas potencialmente conflictivos. Si el desalojo hubiese derivado en una tragedia, el Alcalde habría estado convenientemente ausente y otros cargarían con el pasivo.

Priorizar su imagen como preciado tesoro, es un cálculo político que no se condice con el liderazgo que requiere el gobierno de una ciudad tan compleja como Lima, mas aún si nuestro Alcalde candidato tiene puestas sus ilusiones en el gobierno nacional. Esta actitud es también notoria en temas como el transporte público, la seguridad ciudadana y otros que agobian a 8 millones de personas. Valga este episodio, para señalar que ya no es mas tiempo de “flotar” si no de afrontar y demostrar la pregonada eficiencia en la cancha y no en la pantalla.

sábado, 26 de mayo de 2007

Contratación laboral en el estado

Últimamente se discute la tenacidad y rigurosidad con la que el Ministerio de Trabajo a emprendido las acciones de inspección laboral y si estas no resultan contradictorias en un país con tan predominante informalidad laboral y tributaria. La posición del Ministerio de Trabajo es muy legitima en un medio en el cual se cumple o incumple a medias con la ley, en detrimento de los derechos de los trabajadores y de las empresas que si cumplen. Pero al margen de estas consideraciones, cabe señalar que una de los aspectos mas acuciosamente fiscalizados es que los trabajadores estén en la planilla del empleador y no se les perjudique con contratos de locación de servicios, pero es muy conocido que el estado en todos sus niveles tiene a cientos de miles de trabadores con hasta 15 anos con contrato y no cumple muchas de las prestaciones que le toca exigir a los empleadores privados, entonces frente a empleadores y empleados, el estado carece de autoridad moral para exigir lo que el mismo no cumple y obviamente la solución no es que deje de exigirlo si no que también cumpla.

La era Burga, la era Uribe y la bandera nacional

Hay veces en que una sola imagen resumen muchas cosas, estoy seguro que esa es la impresión que muchos peruanos sentimos cuando vimos al inefable Sr. Burga entregándole la camiseta de la selección nacional al “profesor” Uribe, si, al diamante negro, que convoco nada menos que a su diamantito a la selección nacional para completar el álbum familiar y aderezar uno de los tantos fracasos que la dirigencia del futbol peruano viene regalando a generación tras generación de peruanos.
La camiseta nacional no es un símbolo oficial de la patria, la maneja la federación y la federación la maneja la asociación y la asociación la manejan los dirigentes de los clubes y los clubes los manejan las directivas y las directivas la conforman en su mayoría oportunistas, que han degradado al futbol peruano a su nivel de incompetencia y lo convierten en su negocio y chacra personal. La camiseta de la selección, no es un símbolo oficial de la patria, pero la nación la siente y la vive como tal y por ello, no es descabellado sentirse afectado en el amor propio, cuando la vemos en esa imagen, como objeto del tráfico de incompetencias y muchas cosas mas.

Los fundamentos de un prejuicio

Aunque fundamentar un prejuicio, es una paradoja en si, el caso del Sr. Paul Wolfowitz parece justificarlo. Hace un par de anos, lo vimos en un documental del Michael Moore, sobre los ataques a las torres gemelas y la posterior invasión a Irak, por entonces el numero 2 del departamento de defensa del gobierno norteamericano, aparecía con su peine en la boca, enjugándolo una y otra vez con su saliva para peinarse luego con el, en frente de los periodistas que lo iban a entrevistar. Hace poco, vimos al mismo personaje, ahora como presidente del Banco Mundial, mostrándose ante el mundo con sus dos medias rotas antes de entrar a una mezquita en el medio oriente y finalmente se ha revelado que personalmente impulsó beneficios indebidos para su novia desde la institución que preside, lo cual lo puso al centro de una inaudita disputa que ha desembocado en su renuncia al cargo. Por todo ello, es razonable presumir que el personaje descrito en estos tres incidentes es “un tipo de cuarta” por decirlo de alguna manera, y que no es su calidad personal lo que lo ha llevado a tan altas responsabilidades; y si por su obras lo pudiéramos conocer, pues allí esta la invasión a Irak como monumento al desatino y a mucho mas, así que mejor es no prejuciar y que la historia los juzgue.

Canchaya, sancionar la mentira


La sanción a la referida congresista no debería enfocarse solo en el hecho de haber contratado a su empleada como seudo asesora en el congreso de la republica y en la falsedad que ese hecho implica. Ante la opinión pública pesa tanto o mas la reiterada mentira y cinismo con el que la congresista Canchaya ha insistido en negar lo innegable y mentir desaforadamente. En la persona de un congresista de la Republica ese comportamiento y el funesto ejemplo que conlleva, deberían ser recogidos por la autoestima del congreso y por la salud de la nación; en ese contexto, la pregunta es: puede la congresista Canchaya continuar ejerciendo la representación de la nación?.